sábado, 7 de junio de 2014

El Origen de Conexión BienEstar

El 30 de agosto del 2012 me encontraba firmando el cierre de un importante negocio para el grupo de empresas para el que trabajo. Faltaban sólo 2 hojas por firmar y estábamos realmente muy contentos, a punto del brindis, cuando recibí una llamada de mi papá. Le contesté en voz baja preguntándole que si era muy importante hablar en ese momento o si podría devolverle la llamada esa misma noche una vez hubiera acabado todo. Con voz entrecortada me dijo “Tengo noticias regulares, no quiero que te preocupes, estoy procesándolo…” Le dije, “Papá, todo tiene solución, qué pasa?”. Me respondió: “Acabo de salir del médico. Tengo cáncer”. Salté en medio segundo de la sala de juntas al corredor de la oficina, pensando en que el cáncer se puede curar y en que haríamos lo que fuera para que mi papá se sanara. Le transmití inmediatamente eso a mi papá. Me contestó que el cáncer ya había hecho metástasis. Esa palabra -“metástasis”- sí golpeó a mi siempre activo positivismo. Quedé en silencio unos segundos porque las palabras de repente no salieron más de mi garganta, y en cambio, empezaron a rodar lágrimas por mis mejillas. Como pude, le contesté entrecortada que ya salía corriendo a verlo. Mi familia siempre ha sido muy unida aunque no nos estemos viendo permanentemente. Somos 4 hermanos, 2 hombres y 2 mujeres, y yo soy la mayor (aunque difícilmente lo confieso). Mi papá es un personaje muy particular, es pura nobleza, generosidad y bondad. Genio para las matemáticas –le gana en rapidez de cálculo a las calculadoras- pero al mismo tiempo no sabe combinar los colores y tiene una torpeza muy divertida para la motricidad fina –para él el baile es un imposible… Tiene una mirada de niño de 2 años, amorosa, ingenua y absolutamente transparente. Hombre de principios y valores férreos. Mi mamá es un espíritu evolucionado. Sabe como pocos disfrutar hasta de los más pequeños detalles de la vida y siempre tiene una sonrisa dulce para todos (y risotadas con lágrimas en las reuniones familiares donde mis hermanos hacen gala de su buen humor) y un abrazo entrañable para todos los cercanos. Desde niña ha sido destacada por su inteligencia, luchadora incansable por la defensa de la dignidad de la psicología (profesión que aún hoy muchos no entienden y juzgan desde el desconocimiento) académica, con varias maestrías y un doctorado, pero sobretodo, una mujer absolutamente amorosa. En mi familia, habíamos tenido los altibajos normales de las familias, tristeza por la muerte de abuelitos y otros familiares, y problemas a los que de una manera u otra siempre les encontrábamos solución. De alguna manera, uno nunca se imagina que la palabreja esa -“cáncer”- va a llegar a atacar a uno de los miembros más cercanos de la familia. Mi papá acababa de cumplir 69 años y al oír la noticia nos parecía que le faltaban muchos años más por vivir. Sé que hay tragedias más grandes. Sé que hay mucha gente sufriendo por temas mucho más graves. Sé que han muerto miles por estas enfermedades en el mundo. Pero nada de eso es consuelo cuando una enfermedad de estas toca a un miembro de la familia y hay que hacer todo lo que toque. De camino a casa de mi papá, pensé que de nada servía la tristeza y que teníamos que usar toda la energía en lograr que viviera bien muchos años más, aunque su cáncer fuera grado IV, aunque su tumor primario fuera muy grande, aunque tuviera más de 20 metástasis y aunque la ciencia dijera que era incurable. Paré en una librería y compré El Método Gerson (libro de un médico alemán, que ha curado el cáncer y otras enfermedades basado en un tratamiento intenso que usa extractos puros de frutas y verduras). Ubiqué en el libro rápidamente un caso similar al de mi papá (un mñedico que padecía un tumor colorrectal con metástasis múltiples en hígado), y leí el testimonio documentado de cómo había sido sanado con la aplicación estricta del Método Gerson. Paré en mi casa para sacar el extractor de jugos que tenía, y con extractor y libro en las manos, llegué con actitud de triunfo a casa de mis papás. Mi papá tiene una voluntad impresionante. Sigue bien y hace ya 21 meses que fue diagnosticado con ese cáncer que, como nos dijeron los médicos, podría fácilmente llevar entre 3 y 5 años en su cuerpo antes de haber sido encontrado y probablemente iba a acabar con la vida de mi papá en poco tiempo. No ha sido operado por recomendación de su oncólogo. Cambió su dieta, incrementando el consumo de frutas y verduras y disminuyendo harinas procesadas, azúcares, fritos, embutidos, alcohol y carnes rojas. Va muy juicioso a sus ciclos de quimioterapia y de ahí sale a terapia bioenergética con el doctor Santiago Rojas, lo que lo ayuda muchísimo a contrarrestar los efectos colaterales de la quimio. Salvo el malestar de tener una masa en el recto, que lo hace ir constantemente al baño, mi papá está muy bien. Cada día que pasa en su vida es un milagro. Hace unos años empecé a interesarme por el tema de la salud. He leído muchos artículos de revistas prestigiosas como Nature, Science y Cell, y bibliotecas como la del National Health Institute de los EEUU, entre otras, para aprender cómo comer, como manejar el estrés, como dormir bien, como tener energía y disminuir el cansancio, como tener mejor memoria, como fortalecer el sistema inmune, como respirar, como alcalinizar el cuerpo, entre muchos otros temas. Mucha de la información está en inglés, o en sitios de difícil acceso para quienes no tienen acceso a internet, o no hablan inglés, o simplemente no tienen el interés de buscarla o el tiempo para hacerlo. La situación con mi papá me impulsó a ir más allá de solo leer. Siendo comunicadora y periodista pensé que podía y debía crear un canal o medio para DIFUNDIR CONOCIMIENTO de manera fácil, sencilla y cómoda, para que esté al alcance de todos. Me propuse conseguir expertos nacionales e internacionales en diferentes campos, que con investigaciones serias, hubieran logrado avances importantes para ser compartidos. En mi búsqueda de información fui también muy consciente de que para prevenir o sanar una enfermedad uno de los factores críticos es el estado emocional, la mente, los pensamientos y las actitudes hacia la misma enfermedad y hacia la vida en general del paciente y de sus personas cercanas. Por eso, además de toda la información para la salud física, también se hacía necesario necesario incluir la de la salud mental y/o emocional en la plataforma que debía crear. Estando en todo lo anterior, encontré también el libro de La Reconexión, de Eric Pearl, sobre sanación reconectiva y sus casos documentados. También llegó a mis manos el libro de Wayne Dyer sobre el Tao Te Ching (Change your thoughs, Change your life) y varios libros de Ekhart Tolle, Louise Hay, Doreen Virtue, Marianne Williamson, el libro Muero por ser yo de Anita Moorjani, y las películas The Shift y Nosso Lar, entre otras, y todo esto me llevó directo a Un Curso de Milagros. Me quedó clarísimo que para todos, enfermos o no, la conexión espiritual, la conexión con uno mismo, y por este camino, con Dios, la Fuente, el camino (como se quiera llanar), es de fondo la solución a todos los problemas físicos, emocionales, espirituales, y una forma de vida con bienestar y felicidad. Las frases de cajón que siempre hemos oído de que “la felicidad está dentro de nosotros”, o las palabras de quienes dicen que Dios entró en su corazón y los hizo felices, de repente cobraron sentido para mí. Para quienes no tienen ni qué comer, obviamente la solución de sus necesidades primarias es su única prioridad. Sin embargo, de gente en extrema pobreza han surgido líderes muy importantes para la humanidad y personas muy exitosas. Muchos muy pobres trabajan incansablemente pero son realmente pocos los que estando en la pobreza logran pegar ese brinco que los destaca sobre todos en su entorno. Qué motiva que estos, y no los otros igual de pobres y probablemente igual de trabajadores, surjan y lleguen muy lejos? Todos coinciden en que es algo en su interior, que es una fuerza superior a ninguna, de alguna manera, una conexión intensa consigo mismos y sus propósitos de vida. Paralelamente, en quienes ya tienen resueltas sus necesidades básicas, comida, techo, salud, educación, es frecuente oír que sienten un vacío interior, y que están en búsqueda de algo que los llene, muchas veces esa búsqueda es espiritual. Por otro lado, están quienes tienen todo lo material en exceso, los millonarios, billonarios y trillonarios del mundo. Al preguntarles qué los hace felices, responden siempre con cosas que nada tiene que ver con el dinero: caminar por la playa, pescar, mirar el atardecer, pasear por el bosque… Ahí encuentran sus momentos más felices… Entonces, qué es exactamente esa conexión que dispara hacia arriba a quienes antes no tenían ni que comer? Cual es esa fuerza que puede llenar el vacío que sienten quienes sí tienen sus necesidades materiales básicas resueltas? Porqué hay quienes sólo hasta después de tenerlo todo se dan cuenta de que la felicidad no tiene nada que ver con el dinero y las posesiones? Qué es y donde se encuentra la felicidad? Que es realmente el bien-estar? Tan importantes son estos temas, que la Organización para las Naciones Unidas emitió una Resolución para que los países empezaran a medir el desarrollo no solo a través de indicadores tradicionales como el Producto Interno Bruto, sino a través de nuevos indicadores que midieran el Bienestar y la Felicidad. De hecho, en Colombia, el senador Juan Lozano promovió y sacó adelante una Ley que acoge la Resolución de la ONU y le pide al gobierno establecer y usar esos indicadores. Sin embargo, aunque que el Gobierno tuviera la voluntad, no es hoy físicamente posible darle comida a todos los que no la tienen. Tampoco podemos pretender llenar el vacío que sienten quienes tienen lo material resuelto. Lo que sí podemos es intentar entregar las herramientas para que cada uno se encamine hacia el bien-estar, hacia ese estado de felicidad permanente, a través de su conexión interior. Por este motivo, nace Conexión Bienestar, como una plataforma para transmitir y difundir estas herramientas de conocimiento calificado. Este esfuerzo es agnóstico de cualquier religión o credo. Es un esfuerzo por construir una red de personas y entidades con conocimiento e información privilegiada. Una red que se retroalimentará a si misma compartiendo conocimiento y que servirá para difundirlo sobretodo a quienes no tienen hoy acceso a él. Una red que también conectará a tantos que aisladamente sirven a sus semejantes de diferentes maneras y los ayudan a salir de las limitaciones y carencias, para que unidos se fortalezcan sus esfuerzos. Inicialmente Conexión Bienestar arranca con una cuenta en Twitter(@ConexBienestar), una página en Facebook (www.facebook.com/conexionybienestar) y están en construcción una página web informativa (www.conexionbienestar), un canal de You Tube (Conexión Bienestar), y un app sencillo e informativo (Conexión Bienestar). Para arrancar, a través de estos medios se difundirá traducida información publicada en idiomas diferentes al español, estudios científicos, y conocimiento de expertos a través de entrevistas y charlas. Posteriormente, las cápsulas de video estarán disponibles sin costo para otras plataformas de internet y para canales de televisión y emisoras de radio a nivel comunitario, local, regional, nacional en Colombia y panregional en Latinoamérica, US Hispanics, y España. Invitaremos a nuestra audiencia a aportar contenido de calidad que será curado por la misma comunidad de expertos. El siguiente paso será publicar cursos a través de diferentes plataformas y libros digitales, y luego organizaremos conferencias, cursos y talleres itinerantes por varias ciudades con contacto directo con la gente y simultáneamente en streaming para el resto de la comunidad de Conexión Bienestar. Un cuarto paso será el establecer Centros de Conexión para el BienEstar, en donde físicamente podamos ayudar a quienes necesiten cuidar o mejorar su salud física, mental, emocional o espiritual. Además de médicos, psicólogos, coaches, contaremos con líderes y asesores espirituales de todas las religiones, clases de yoga y técnicas de meditación, canalizadores y “angelólogos”, entre otros. Estos centros podrán ser multiplicados a través de franquicias para cubrir cada vez a más gente directamente. También estamos abiertos a ofrecer un espacio de venta directa o a través de internet para productos asociados a la salud y al bienestar, curados y avalados, como por ejemplo, alimenticios orgánicos, ecológicos, complementos nutricionales respaldados por estudios científicos, etc. Igualmente, planeamos crear una librería en donde se publiquen físicamente los libros virtuales de nuestros expertos de la comunidad de CB.